Los misterios bajo la tierra paranaense

Desde siempre, los túneles, sótanos y bóvedas bajo el suelo paranaense han sido tema de investigación, discusiones y mitos que despertaron las mil y una fantasías en torno a ellas. En mayo de 1930 se encontraba una bóveda bajo la casa que supo ser del Gral. Urquiza, en pleno centro de Paraná, y renacían extrañas historias en torno a lo que se escondía en las profundidades de la ciudad.

El Diario de Paraná publicada por ese entonces que se demolía el viejo edificio de Correos y Telégrafos ubicado en calle 25 de Mayo y Monte Caseros para dar lugar al actual edificio del Correo Argentino. Dicho edificio en demolición habia sido anteriormente la Casa del Gral. Urquiza cuando vivió en Paraná.

Cuando se realizaba la demolición de dicho edificio se encontraron con una extraña bóveda bajo el mismo que despertó mucho mas la curiosidad de los medios, y la gente, ya que desde esa construcción, desde el subsuelo, provenían extraños ruidos.

El Diario relataba que «intrigados y presurosos por descubrir la causa de este fenómeno, los obreros llegaron a fuerza de golpes de picos y palas, al punto mismo del hecho, hasta que descubrieron con lógico asombro, una bóveda subterránea de cuya entrada se despedían aires viciados«

Consultado uno de los obreros sobre este caso, contaba para el matutino paranaense: «Desde hace varios días se venían sintiendo ruidos misteriosos. Un llamado persistente, como si alguien golpeara desde abajo, nos sobresalto muchas veces, pero cuando cesaban nuestros golpes de palas y picos» también cesaban los golpes desde el interior.

Los periodistas de El Diario pudieron acceder al interior de la bóveda y grande fue su sorpresa cuando al ingresar a la misma encontraron «huesos fosilizados, aparentemente humanos»… un hecho nada mas comprobable por los obreros y los periodistas y que, aparentemente, al menos hasta el momento de la nota, no fue investigado ni comprobado de ninguna manera.

Otro detalle extraño sucedía dentro de esa bóveda: «desde hace varias noches, una fosforescencia se adhería a los paredones» y el obrero confeso que sentía miedo ante este hecho….

Sin ninguna explicación, los periodistas de El Diario, dicen resolver el porque de la fosforescencia y se supone que se trataba simplemente de algún efecto mineral relacionado con la presencia de fósforo en la tierra y termina la nota abruptamente casi menospreciando lo descubierto en el lugar.

Hoy, 90 años después, en una nota del periodista David Cordoba, historiadores paranaense como Juan Carlos Bertolini y el arq. Carlos Menu-Marque coincidieron en afirmar que dicha bóveda era simplemente una cisterna, seguramente, del reconocido aljibe que supo existir en ese edificio, el cual se encuentra actualmente en el Hospital Militar, y que esta adornado con cabezas de leones como los que hoy rodean al actual edificio del Correo Argentino.

Fuente: Archivo General de Entre Ríos, Mila Rodriguez, El Diario y David Cordoba