La gente y sus recuerdos sobre la leyenda urbana de «La Casa del Diablo»

Mucha repercusión tuvo la nota del recuerdo sobre aquella escultura del Diablo que supo existir en calle Almafuerte. Muchas anécdotas y muchos recuerdos despertaron la curiosidad en algunos, el escepticismo en otros y la fantasía en la mayoría, de un hecho que se convirtió en mito de la historia paranaense. Aquí es la gente la que cuenta, lo que vio allí, en «La Casa del Diablo»

Imagen solo ilustrativa

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Recuerdos paranaenses: La Casa del Diablo

Como si la misma estatua hubiera hechizado a quien la veía, cada persona que la vio parece haberla visto de una manera distinta, algunos la vieron como un diablo, otras como un fauno y otras como un sátiro, la vieron de pie, agachada, de cuerpo entero, de medio cuerpo, y hasta la vieron moverse, incluso se discrepa exactamente en que casa de la cuadra estaba ubicada… Mil historias que quedaron y quedaran en el subconsciente paranaense.

Los recuerdos de la gente

Pablo Dettler: «La estatua no se podía romper, uno de los hombres que había comprado la casa la mando a romper y tirar en el arroyo que cruza por atrás y sin explicación alguna la estatua aparecía al otro día en el mismo lugar! Yo vivía por esa zona y afirmo con seguridad que mis hermanos en la década del 80 se trepaban al tapial y ahí estaba diabolicamente INTACTA!»

Diana Millán: «Yo viví cerca y recuerdo perfectamente la estatua. No era de cuerpo entero . No se si era el diablo pero de chicos no queríamos ni mirarla de miedo y estuvo muchos años sin vender esa propiedad por superstición»

Victoria Motura: «Mi papá la vio; según cómo la describió, estaba sobre un pedestal. Tenía patas de cabra, y de la mitad del cuerpo para arriba tenía forma de hombre, con una mano sosteniéndose el mentón. Estaba orientado ligeramente para la izquierda. El cree que estaba hecha de cemento y estaba en el medio del patio delantero de la casa.»

Roten Diaz: «No estaba parado el diablo… Estaba agachado y con la mano en la pera … Yo la vi muchísimas veces porque vivía cerca y la llenábamos de piedrazos con los gurises del barrio»

Beto Cornejo: «Yo llegue a verla. Estaba con una mano en el mentón pero la parte posterior de la muñeca, con patas de cabra, la lanza al piso y hacia arriba sostenida con la otra mano y casi hincado, pero no era de cemento, era de bronce seguramente, pero lo que mas llamaba la atención era su cara con esa risa burlona»

Marita Avero: «Supongo que dentro de unos veinte años dirán que en el lugar había aquelarres con doncellas. Era la estatua de un fauno. La conocí, la vi, inspeccione y sólo la ignorancia le atribuyó la malignidad que nunca tuvo. Por aquellos años se llegaba a Corrales en tranvía. Salir de la » ciudad» e irte al campo en media hora era la fiesta en noches de verano. Mi madre (Entonces vivía en calle España) junto a mis tías tomaban el tranvía en Plaza de Mayo y viajaban hasta Corrales para tomar un helado en La Perlita.»

Mariela Deharbe: «Soy de la zona y también se decía que giraba sola, que pasabas a la mañana y miraba para un lado y al rato miraba hacia otro…»

Antonella Temporetti: «Mi abuelo nos contó esta historia y dice que el presencio el momento en que sacaron la estatua, que fue casi imposible pero que los peones la sacaron y la rompieron. Que paso después? ni idea porque no se animo a volver ya que decian que la estatua volvía a estar en su lugar…»

Sergio G Roy: «Yo creo que la estatua estuvo hasta cerca de los ochenta.y tenia una particularidad, si venias por Almafuerte hacia el centro era el diablo, al pasarla y mirar nuevamente parecía un ángel»

Mengue Pantera Demonte: «Contado por albañiles que trabajaron en el lugar. La estatua se movía. La sacaban y al rato volvía a su lugar. Hubo incluso una persona que lo vio caminar y no volvió nunca más al lugar del miedo y el horror que le dio ver eso. No es cuento ni superstición. Ocurrió. Una persona puede mentir, varias no.»

Claudia Ge: «Iba a la primaria en esa época y recién llegada a la ciudad, pero lo único que recuerdo es que si pasabas en auto por el lugar NO DEBÍAS MIRAR o en tu vida tendrías un hecho que padecer. Así que salvo el conductor que miraba hacia adelante, el resto girábamos la cabeza hacia la otra vereda…… por las dudas!»

Daniela Müller: «Como una aventura de adolescentes, estando en la secundaria, fuimos a esa casa a investigar que había. En ese momento estaba deshabitada, quedaba cerca de la Cotapa, y yo vi una estatua «en cuclillas» que era el diablo con sus cuernitos y todo. Lo rarísimo es que estaba en una habitación muy pequeña, con una puerta tan estrecha que era imposible pensar que la habían entrado ahí.»

Ivana Quindt; «Recuerdo que no estaba de cuerpo entero parecía medio cuerpo o un busto y los cuernos parecía que se los habían o estaban cortados, estaba en un cuartito del fondo de la casa y la puerta estaba abierta o sea cualquiera podía acceder…como lo hicimos nosotros!!! Tengo muy presente esa aventura y esa historia…»

Vanina Barreto: «Era el comedor GALETO DE ORO así se llamaba. Mi tía trabajó ahí. Y me contó la historia del dueño y el pacto que hizo con el diablo. Para tener fortuna. El tenía que hacer una estatua en honor al pacto. Pero al tiempo el dueño se enfermó y falleció. Igual en el lugar decían que los platos se caían o cambiaban de lugar las cosas»

«La casa del Diablo» habría estado donde hoy hay una dietetica y una casa de envases.

Hector Oscar Dorsch: «Lo único que no cambió (ni de dimensiones) es donde está calzado Reichel, todo lo demás es nuevo. La casa (o chalet) en cuestión ocupaba un terreno hasta el arroyo. La casa estaba como 10m atrás de la línea de edificación, y el susodicho diablo era un fauno sobre un pedestal de cemento, aproximadamente a 10m de la zapateria y como 7 u 8 m hacia la casa. Había unas palmeras y nosotros (chicos) comiamos los cocos que caían y no le dábamos bola «al diablo». Con respecto del fauno habría estado en cuclillas e inclinado hacia adelante, o también con una pierna adelante y la mano en la barbilla como el «pensador»