Denuncia penal y sospechas de más lechuzas desparecidas en el CAE

Luego que trascendiera que una empresa que presta servicios de control de plagas al Club Atlético Estudiante (CAE) matara una familia de lechuzas en la playa que la entidad deportiva ocupa sobre la Costanera de Paraná, la conducción de la entidad realizó una denuncia penal e inició un sumario administrativo interno.

Interviene la fiscal Jimena Ballesteros, quien ya solicitó a las autoridades que le giren documental. Por otro lado, asociados de la institución denunciaron que una situación similar sucedió con otra pareja de estas aves y sus pichones en el predio el Plumazo, ubicado en el acceso norte de la ciudad. El presidente de la entidad, Emilio Fouces, sostuvo que la Comisión Directiva no ordenó “el exterminio de nada”, les restó trascendencia a las críticas anónimas de un sector de socios y planteó que los hechos ahora están en manos de la Justicia.

En la tarde del miércoles 10 de mayo, representantes del Club Atlético Estudiantes de Paraná, se presentaron como actores en una denuncia penal por la matanza de lechuzas ocurridas el día anterior en la playa que la entidad deportiva ocupa sobre la Costanera de la capital entrerriana.

Como se recordará, un vecino alertó el miércoles que, en horas tempranas de la mañana, dos personas se encontraban a los tiros con escopetas en el balneario frente al río Paraná. La llegada de la Policía aclaró algunos puntos respectos a la situación. Interrogados estos sujetos contaron que eran de la empresa de exterminio de plagas urbanas Barp Group encomendada por la institución para dar muerte a una familia de lechuzas que desde 2019 habitaba el lugar, así como para sellar las cuevas donde habían puesto huevos y dado a luz a su descendencia. La versión quedó confirmada por el encargado del lugar y la fuerza de seguridad provincial dio aviso al fiscal Martín Abraham. Luego, la Comisión Directiva del club salió a despegarse de los hechos y en un comunicado oficial expresó “que de ninguna manera” había dado “la orden de erradicar las aves, ella fue una decisión equivocada e inconsulta sobre las cuales se está investigando para tomar medidas al respecto”. En la misma declaración se comprometió a investigar los hechos. Por otra parte, distintas organizaciones pro derechos de los animales se interesaron por el caso, tanto para acompañar o seguir la denuncia, tal como lo expresaron desde la Fundación Callejeritos y Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales.

La presentación judicial se dio finalmente por parte del Club, según se confirmó oficialmente. La abogada litigante es Mercedes Maiztegui, quien ya giró la primera documentación requerida por pedido de Jimena Ballesteros, la funcionaria de la Unidad Fiscal de Atención Primaria que inició investigaciones en un legajo con número 219913. Por otra parte, internamente el club abrió un sumario administrativo, para encontrar responsabilidades de quien haya actuado por motu proprio o dado la orden para ultimar a las aves.

En diálogo, el presidente del CAE, Emilio Fouces, confirmó la presentación ante el Ministerio Público, en un expediente que investigará la infracción a la ley Nº 14.346 de “Malos Tratos y Actos de Crueldad a los Animales”. También ratificó que, por otra vía, internamente inició una averiguación interna para saber qué pasó. Comentó que la firma Barp Group brinda servicios a la entidad desde hace 20 años, “de forma ininterrumpida y permanente, en todas las sedes”, para el tratamiento de desinfección, y que de ningún modo se contrató el exterminio o matanza de animales, resaltó.

“Hemos hecho todo lo que teníamos que hacer como institución”, afirmó Fouces, y señaló que ahora es el Estado, desde la Justicia, a quien le corresponde actuar y desplegar los mecanismos para que determine si hubo algún tipo de ilícito en esta situación. “No podemos aventurar a decir nada, ni achacar a nadie; la Justicia es la que debe brindar ahora las respuestas a la sociedad”, dijo. En este orden, observó que el peligro de dos personas armadas y a los tiros en una de la playa del club fue lo que, entre otras cosas, llevó a realizar la denuncia judicial.

Consultado sobre la posibilidad de que este tipo de episodios se haya dado en otros espacios de la institución, el presidente del CAE lo descartó tales versiones. Que si eran socios quienes sabían de estos sucesos “que hagan la denuncia”, apuntó y afirmó que le resta “seriedad a cualquiera de todas estas aseveraciones” que se dan desde el anonimato. “Pusimos las cosas en manos de la justicia y ella es la que debe actuar libremente y sin ningún tipo de condicionamiento ni conjetura”.

INDIGNADOS

La noticia de la muerte de las lechuzas causó gran impacto y consternación. La novedad corrió rápidamente a través de redes sociales, donde la ciudadanía expresó su indignación, especialmente entre los socios del CAE que manifestaron el rechazo a esta decisión. Fue en estos intercambios que los habitués de la sede el Plumazo, que está ubicada en calle Ambrosetti, en cercanías del acceso al Túnel Subfluvial de la capital entrerriana, se percataron que ya no estaban más las lechuzas que se encontraban en las canchas al aire libre del lugar. De acuerdo al relato de una socia, esta pareja de aves dejó de verse hace un mes, algo que también fue confirmado por varios socios más.

“La cueva de las lechuzas estaba sobre el lado de adentro de la cancha de softbol. Y hace un mes que no están más. Eran divinas, nunca jamás nos molestaron. Estaban ahí como un ‘adorno’. En un momento tuvieron crías, y claro, los chicos pasaban corriendo y ellas le levantaban las alas como en señal de defensa, pero los chicos también querían verlas y se acercaban, pero las lechuzas no les hacían nada. Sí se asustaban si no sabías que estaban ahí, como cualquier bicho. Pero comentábamos con un amigo. Si los que jugamos al golf, cada vez que los teros nos sacan porque tienen sus pichones, y vamos a matarlos, somos unos imbéciles”, razonó.

Otras dos jóvenes jugadoras del equipo de hockey del CAE, ratificaron que las lechuzas formaban parte del lugar y que estaban acostumbrada a verlas y convivir con ellas sin problemas.

Por otro lado, un socio recordó, molesto, que la actual gestión sacó unas 10 coníferas del lugar, “sin preguntar a los socios, unilateralmente, sin consultar en asamblea; agarraron y decidieron así. Simplemente sacaron los árboles de 60 años y no pusieron nada”, se quejó.

Fuente: ERA Verde.