De la cancha a los negocios: Andrade emprende un nuevo perfil tras retirarse en Patronato

Colgó los botines y se calzó la camisa en el mundo inmobiliario, además de apostar por el desarrollo de emprendimientos propios.

Tras vestir 15 años la camiseta del Club Atlético Patronato y haber forjado una carrera futbolística a fuerza de garra, constancia y un cúmulo de logros inéditos para una ciudad y provincia alejada de las grandes ligas, Walter Andrade decidió colgar los botines con 35 años y decirle adiós al fútbol profesional. Ahora, el defensor central que supo marcar presencia en la cancha y plasmar quizá de la mejor manera esa mística enraizada de la entidad Santa, va por nuevos caminos en su vida, más ligados a los negocios inmobiliarios y los emprendimientos privados del fútbol amateur, con la intención de apostar incluso por más y mejores inversiones en la tierra que lo vio nacer.

Atrás quedaron las horas, días, semanas y meses interminables de entrenamientos, viajes y partidos contra todas las categorías y hasta en lugares inhóspitos del país. El “Negro” se reinventa y da un giro en su carrera, con un perfil independiente y más cercano a los vaivenes de los mercados, las variables macroeconómicas y los indescifrables intereses de los clientes. Sin dudas, una alternativa que suele estar al alcance de la mano de muchos deportistas que hicieron un recorrido meridianamente exitoso, pero que a su vez exige de un proceso de formación, acompañamiento y hasta de hábitos culturales para no morir en el intento.

Andrade supo estudiar Administración de Empresas cuando tenía 20 años, iba en bicicleta hasta las prácticas y cuando el sueño de jugar en Primera parecía una utopía en Paraná. Finalmente, tras la consagración profesional en el fútbol, vuelve a dar rienda suelta a ese olfato por la gestión privada, el mercadeo y el espíritu emprendedor, al estudiar la carrera de Martillero y Corredor Público en una universidad privada y comenzar a desandar sus conocimientos y habilidades en la inmobiliaria y constructora Casa Propia, firma que le dio esta semana un espacio de práctica.

En un mano a mano con DOS FLORINES, el último baluarte de la camada histórica del Rojinegro cuenta cómo es iniciar este trayecto que decidió encarar, alejado del verde césped y pisando cemento, frente a una computadora y, esta vez, defendiéndose con otras armas para ofrecer a los paranaenses alternativas de inversión en bienes raíces. Según confiesa, cree que irá creciendo poco a poco y descubriendo otros dotes y mañas, con los que de seguro tomará confianza. “No hay una fórmula”, expresa, y deja leer entre líneas que en ese abanico de posibilidades de crecimiento también pondrá su carácter y forma de ser, como cuando pisó el Grella por primera vez.

Inmobiliaria

—Luego del retiro, en las redes sociales ya se te pudo ver ofreciendo una promoción de viviendas a la venta. ¿Cómo es el nuevo perfil que adoptás en esta etapa, vinculado al mundo inmobiliario?
—Estoy trabajando en una inmobiliaria que al mismo tiempo es constructora. Lo que larga a la venta son propiedades que tienen en cartera, que los dueños tienen urgencia en vender. Entonces, se largó una promoción de 10 propiedades, tanto departamentos como casas. Esta inmobiliaria hace además edificios, casas propias; si traés el proyecto, ellos te lo desarrollan. Hay un abanico a posibilidades a la hora de construir.

—¿Con qué rol te insertás?
—Soy estudiante. Arranqué hace un año y medio a estudiar y estoy con una pasantía. Esta gente me invitó a trabajar. Vi que son gente seria, pujante y no lo dudé.

—¿Qué expectativas tenés de poder desarrollar este perfil profesional?
—Es reinventarse uno, probar si realmente gusta. Y a partir de ahí, ver si hay ese gustito y atracción en el día a día. Si se hace pesado o monótono, veré cómo me siento. Estoy con mucho entusiasmo, con muchas ganas. Tengo gente que está arriba de uno viéndome y está buenísimo, te da seguridad. Estoy bien. Ya estudiando me gustó y ahora que lo estoy empezando a practicar, la verdad que me va convenciendo.

—¿Con qué herramientas te defendés en esta profesión totalmente distinta?
—Lo voy descubriendo, la verdad. Seguramente con el día a día vaya creciendo de a poco. A medida que va pasando el tiempo, uno seguramente se va a ir desarrollando, tomándole el gusto, saber el interés del cliente para convencerlo de un producto que pueda tener. No hay una fórmula porque uno lo va descubriendo en el transcurso.

—¿Qué posibilidad de crecimiento real proyectás en lo personal en este rubro?
—Uno arrancó para hacer raíces, para conocer el día a día, para empaparse en el tema. Ojalá de acá a 10 años uno pueda estar mucho más consolidado y más firme en este lugar. Honestamente uno espera noticias del club para ver si es posible desarrollarse desde otro lugar. Por el momento estoy disfrutando del presente.

Proyectos

Los números que ahora ve Andrade ya no son los de la espalda de miles delanteros que enfrentó, a muchos de los cuales les tomó el tiempo y se les plantó sin titubeos. Las cifras que maneja son millonarias en pesos, incluso en billetes verdes, con un lenguaje técnico específico y un encanto particular para tentar a aquellos inversores que dudan de cómo cubrirse en tiempos críticos. El nuevo perfil no exige de temperamento, pero sí de conocer como la palma de la mano los recovecos y estrategias de la oferta inmobiliaria de la ciudad.

—¿Qué características tienen los inmuebles que ofrecen?
—Lo que construye la empresa son departamentos de uno o dos ambientes. Hay a la venta uno construido en calle Urquiza. Después hay un proyecto por comenzar en avenida Almafuerte y otro seguramente para el año que viene que está ubicado frente a la Escuela del Centenario. Son proyectos de viviendas de departamentos, con mucho confort, cómodas, como para una primera inversión, una pareja o alguien que lo quiera como capital.

—¿Cómo es el esquema de financiamiento?
—Depende lo que vaya a comprar. Si es algo de la empresa, hay un tipo de financiamiento donde entregás un porcentaje y lo otro lo saldás en dos años. Dependiendo de cuánto capital pongas, varía la cuota, con un ajuste que se produce propio de la inflación. Después, si comprás otra vivienda por fuera del mercado propio de la empresa, va a depender del negocio que concretés con el dueño.

—¿Qué valores tienen las propiedades?
—Tenés en Alameda de la Federación una unidad al precio máximo que parte desde los 80 mil dólares. De Ahí tenés para abajo, en 70 mil dólares. Después, en calle Urquiza el precio es un poco menor. También hay otros departamentos que podrían ser un poco más accesibles.

Emprendimiento

Al igual que muchos otros deportistas que se retiran, como es el caso cercano de su amigo Sebastián Bértoli que decidió apostar por generar ingresos a través de canchas de fútbol 5, Walter Andrade también vio venir el día después y encaró un emprendimiento propio hace dos años. Su socio es otro viejo conocido de Patronato, Germán Krans, con quien invirtió en el ingreso a Colonia Avellaneda con la instalación del Complejo La Capital.

El predio de siete hectáreas, ubicado en la Ruta 12, contempla cuatro canchas de 90 por 60 metros, además de otras ocho canchas de fútbol infantil de dimensiones de 50 por 25 metros. “Un complejo grande, con cantina y baños”, destaca el exfutbolista a DOS FLORINES. “El proyecto lo arrancamos hace dos años y recién este año pudimos concluir con el armado de las canchas principales”, acotó.

Sin embargo, al igual que a todos los empresarios y emprendedores de este sector, la cuarentena interrumpió la actividad y los dejó en stand by, sin ingresos ni un horizonte claro de regreso. “Este año empezó bien, con todos los alquileres que planificamos en su momento, pero nos agarró la pandemia y ya estamos esperando que pase todo esto”, planteó.

—¿Qué expectativas tienen de poder reactivarse?
—Es un tema delicado, pero en algún momento se va a tener que levantar todo porque no se puede sostener este ritmo de vida, más allá de que la salud es la prioridad. Habría que buscarle la vuelta para que se empiece a reactivar porque va a llegar un momento en que el cinturón va a apretar un poco más de lo que está apretando.

—¿Qué lectura hacés de la situación macroeconómica actual en medio de la pandemia?
—Se presentó un año difícil, duro, donde va a haber secuelas. Creo que nadie se esperaba esto. Ya habíamos pasado unos años donde sufrimos diferentes sacudones en lo económico y creíamos que este año nos podíamos acomodar, empezar a caminar o consolidar los proyectos. Pero nos agarró una pandemia y nos afectó a todos, no solamente a un sector. Esperemos que pase porque todos estamos empezando a sentir que la situación está empezando a apretar, a generar más dudas que certezas. Esperemos que esto pase lo más rápido posible para poder empezar de vuelta a prender los motores.

—¿Pensás seguir invirtiendo y apostando por lo local?
—Sí. Es un trabajito de hormiga que me gusta. Uno ya ha decidido realizarse al ciento por ciento en la ciudad. Al ser futbolista, la posibilidad de migrar estaba, pero al concluir la carrera uno piensa solamente en empezar a desarrollar cosas en la ciudad.

Fuente:  Nahuel Amore / Dos Florines