Una jornada para valorar el cuidado del agua

Cada 22 de marzo, Día Mundial Agua, sirve para sensibilizar acerca de este recurso esencial en la vida diaria y el ambiente.

El servicio público de agua potable es indispensable para la vida diaria, desde las actividades cotidianas del hogar, el desarrollo social y económico o el saneamiento ambiental, entre otras. Sin embargo, al mismo tiempo que en algunos casos se produce un consumo desmedido del recurso, el cambio climático afecta los patrones de disponibilidad. Prueba de ello ha sido la bajante extraordinaria del río Paraná, la más pronunciada de los últimos 50 años, y que se ha extendido más de dos años.

En ese sentido, desde diciembre de 2019, la Municipalidad ha llevado adelante diversas acciones coincidentes con los postulados de accesibilidad, saneamiento y cuidado del suministro.

CUIDAR EL RECURSO

Sobre este eje se implementó la campaña de sensibilización social Cuidemos el Agua, con acciones de difusión institucional y recomendaciones de conductas y hábitos responsables; medidas de control y gestión pública en el marco de la emergencia sanitaria determinada por la bajante del río; y el inicio de obras vinculadas tanto a la optimización del funcionamiento de la red de agua potable, a partir de la incorporación de tecnología para la habilitación de válvulas inteligentes, como la puesta en marcha de un nuevo centro de distribución que permita mejorar el abastecimiento en la zona sur de la ciudad. Cabe destacar que en el caso de las obras que exceden el presupuesto municipal, se gestiona el acompañamiento clave del Gobierno provincial, nacional y el Ente Nacional de Obras Hídricas y de Saneamiento ENOHSA).

VÍA PÚBLICA

Sobre este punto, la labor comprendió extensiones y ampliación de cañerías, maniobras y reemplazo de válvulas esclusas, re-diagramación de circuitos de flujos de caudales, refuncionamiento de mallas de redes, y anulación de cañerías obsoletas, en una estrategia complementada con la reparación diaria o trabajos de mantenimiento en conductos o dispositivos en la red pública.

Se ejecutaron obras para mejorar caudales y presión del servicio en sectores históricamente afectados por la escasez de provisión, mediante empalmes de cañerías (en San Agustín, en vecinales Tiro Federal y 21 de Septiembre, en Los Tilos, Los Intendentes, Paisaje de la Colina, y en vecinales Paracao y General Espejo); y se habilitó la estación de re-bombeo en el Kilómetro 5 y 1/2.

En la zona norte, semanas atrás, se concretó la extensión de la cañería de agua potable, de aproximadamente 300 metros, en la zona de calles López Jordán y Echeverría. De ese modo, se logró incrementar tanto los caudales como la presión en un amplio radio urbano de ese sector, entre ellos los barrios Los Robles y Toma Vieja.

Por otro lado, para la zona sur, con permanentes dificultades en el Kilómetro 5 y ½ y zonas aledañas, se habilitó también una nueva red de 180 metros de cañería por calle Ricardo Balbín, entre las avenidas De Las Américas y Francisco Ramírez, y se anularon definitivamente casi 7 kilómetros de conductos distribuidores ya fuera de servicio, emplazados debajo del Acceso Sur. De ese modo se evitó la fuga de miles de litros para el llenado de esos kilómetros de cañerías ya inactivas, lo que permitió fortalecer y apuntalar la presión y cantidad de agua en ese amplio sector urbano que desde hace varios años sufría permanentemente inconvenientes en la prestación del servicio.

Por su parte, en la zona este de la ciudad, en la comisión vecinal Vitali, se mejoró la el abastecimiento de agua potable, tras la realización y habilitación de enlaces –en Circunvalación y calle Francia- que permitieron modificar y redireccionar un nuevo circuito de distribución de agua para la zona.

En el oeste, en Bajada Grande, una nueva extensión de la red pública permitió resolver los problemas de provisión de agua que afectaban a una amplia urbanización con decenas de familias que habitan en la zona lindante a los miradores.

Por último, en la continuidad de esta estrategia de acciones concretas para dar solución a problemas crónicos, está en su etapa final de habilitación una obra para mejora presión y caudales de agua en el barrio Hipódromo. Consiste en la extensión de 650 metros de una nueva cañería de 160 milímetros de polietileno de alta densidad, desde avenida Francisco Ramírez y Salvador Maciá hacia el este, y la concreción de un enlace a la red de distribución del suministro en la zona. Con ello se busca garantizar la llegada de agua potable independiente de otros sectores aledaños.

TAREAS PARA MITIGAR LA EMERGENCIA HÍDRICA

A lo largo del crítico período de aguas bajas del Paraná, primero se trabajó en el dragado y mantenimiento del canal de acceso de agua cruda del río, a uno de los muelles de captación en Toma Nueva, para envío a potabilización; y luego se realizó el traslado de la bomba que alimenta la planta de avenida Ramírez, del muelle 1 al muelle 2, a mayor profundidad. Ello logró independizar el sistema de captación del circunstancial nivel del río. Así, se ampliaron las cantidades de agua disponibles en la red distribuidora, con una mayor producción.

CONTROL DE CALIDAD

La estrategia en torno al recurso hídrico incluyó también un control externo y neutral de calidad, sistemático y en distintos puntos del proceso de producción y distribución del suministro, a cargo de la Cámara Arbitral de Cereales de Entre Ríos, para complementar la labor de control que a diario realiza el Laboratorio de Obras Sanitarias.

ACCESIBILIDAD Y EFICIENCIA DEL SERVICIO

En materia de gestión y planificación, se desarrolla una nueva infraestructura de provisión de agua potable en los barrios Capibá, El Radar y Juan Pablo II, con nuevas redes maestras desde el centro de distribución Parque del Lago, para reemplazar la precaria red actual.

A futuro se trabaja sobre dos grandes ejes: por un lado, la construcción del mencionado centro de distribución en la zona Sur, en el marco de la obra del acueducto metropolitano proyectado por la Provincia y Nación; y por otro, el desarrollo de una red inteligente de válvulas, financiado por el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA), en el marco de la primera etapa del Plan Integral de Optimización del Funcionamiento de la Red de Agua Potable.

Mientras tanto, se continúa con un mayor e intenso ritmo las tareas de mantenimiento y reparación de cañerías distribuidoras centenarias y casi obsoletas ante las actuales demandas.

El agua tiene un valor y también un costo para su potabilización, mucho mayor al que se abona en las boletas. Por ello se ha abordado la concientización social y se han puesto en marcha estrategias de intervención para garantizar el acceso, en pos de una mejora del abastecimiento en todos los hogares.

El funcionamiento del servicio de agua potable en Paraná responde a la necesidad de obras y tecnología que neutralicen los efectos de una desinversión histórica. Pero también, en un contexto de crisis mundial respecto al recurso, a una cuestión de responsabilidad y convivencia: del uso racional en cada hogar, depende la llegada del servicio a otros hogares.