Un defensor de la música del Litoral

El amor por las melodías siempre estuvo latente en su corazón. Hoy, Nahuel Borrá, convertido en un artista de renombre en nuestra región, desanda a paso firme el camino que tanto añoró transitar desde que era niño.


Por Vanina Ramallo


Nacido en la ciudad de Viale, este cantautor folklórico se inició en las melodías desde muy temprana edad e, interpelado por sus referentes musicales, ingresaba a un mundo de interpretaciones que finalmente, forjarían su destino.
En nuestro encuentro, Nahuel despliega pausadamente sus decires y dialoga abiertamente sobre su trayectoria:

¿Cómo te describirías dentro del ámbito cultural?
Soy de nacimiento un músico-cantante vialense que desde muy chico tuvo una afección especial por la guitarra, pero como vengo de una familia humilde no tuve la oportunidad de que me la compraran. Es por eso que, a los 16 años, cuando empecé a trabajar obtuve mis primeros ahorros, y recién ahí pude acceder a tan anhelado instrumento.


¿Quién te enseñó a dar los primeros pasos en la interpretación?
En esos tiempos, un amigo mío me prestó un cancionero y me enseñó cómo afinar la guitarra, y fue así como empecé a ejecutar mis primeros acordes, acompañamientos y melodías que me permitieron ser parte de los actos escolares en los que tanto me gustaba participar. Con el paso del tiempo, sentí que ese cancionero ya no tenía más para ofrecerme y necesitaba ir en búsqueda de algo más, por lo que comencé a tomar clases gratuitas en el Museo de la ciudad de Viale, junto al Profesor Miguel Ángel López, quien me incentivó a tener mis primeros grupos. A partir de allí pude empezar a vivenciar las actuaciones sobre el escenario y la respuesta que tenía del público; lo que me hizo dar cuenta de que eso era lo que realmente quería yo para mi vida, y entender a la música como “mi cable a tierra”, era lo que necesitaba para cerrar la idea de lo que venía sucediendo.
Tal es así que, luego de varios proyectos musicales, en el año 2018 decidí lanzarme como solista, y empecé de esa forma a armar mi grupo, excelentes músicos entrerrianos, que son quienes me acompañan hasta hoy en día.


¿Siempre estuviste abocado al folclore, y a quienes admirás?
Sí, así es, siempre desarrollé mis interpretaciones dentro de éste género musical y, si tuviera que nombrar a quienes admiro vienen muchos cantores y autores a mi mente y, aunque eso ha ido variando con el tiempo; en la actualidad considero que debo nombrarlo a Nahuel Pennisi, por su voz mágica, lo que trasmite cada vez que interpreta, y la energía increíble que despliega, lo que me invita a disfrutarlo cada vez que voy a un concierto.


¿Interpretás letras de otros autores o también componés?
En ese sentido mi repertorio es muy variado, hago canciones de otros autores como también propias. Desde muy chico me gustó escribir poesía, versos y todo ese bagaje pude materializarlo en el año 2020, a partir de una pandemia que dejó inmovilizado a un mundo entero; porque en vez de quedarme quieto me puse a proyectar mi primer grabación y, teniendo en cuenta que en nuestra localidad no hay estudios de grabación y tampoco se podía salir, improvisamos un estudio es casa y logramos el objetivo. Sumado a esto, en ese mismo año, tuve el honor de ser ganador como solista de canto masculino en Laborde (Córdoba), un gran empuje emocional como artista que sin dudas también marcó un antes y un después en mi carrera.


¿Y que te inspira o te conmueve?
Podría decirse que la simpleza de la vida, la familia, el amor y los amigos, el saber que estoy trasmitiendo algo a quien me está escuchando, ya sea en una sobremesa, una peña o un gran festival. Por eso deseo profundamente que la música me permita recorrer el país, para que en el conocimiento de su gente y costumbres permita nutrir de aprendizajes mi repertorio popular.


¿Qué sueño tiene Nahuel Borrá?
Son muchos los anhelos por delante y creo firmemente que voy en esa dirección, pero el fundamental es que la semilla que hoy estoy plantando, no muera. Es muy importante dejar a las próximas generaciones el conocimiento de nuestras letras y melodías, un conocimiento de lo que son nuestros paisajes y danzas arraigadas a la tierra, a fin de que la tradición siga latente, transitando cada paso con la inspiración de siempre, pero ahora con más fuerza.

Fotografías: Javier Pagana Ghiglino