Persiste la bajante del río Paraná en Santa Fe y en Entre Ríos

La bajante del río Paraná continuaba hoy frente a los puertos de Santa Fe y de la capital entrerriana, donde los niveles registrados fueron los menores en décadas.

El río registró una baja de siete centímetros a la altura del puerto de la ciudad de Santa Fe, donde alcanzó una marca de 18 centímetros, la menor desde 1970.

En tanto, descendió tres centímetros frente al puerto de Paraná, la capital entrerriana, donde se mantiene en -17 centímetros (debajo del nivel del mar), la peor situación desde 1944, cuando llegó a -1,40 metros.

En el puerto de Santa Fe el nivel de alerta está fijado en 5,30 metros, lo que da una idea de la dimensión de la bajante, que el mes pasado ya había entregado la preocupante marca de 22 centímetros.

En lo que respecta al año pasado, el hidrómetro de Prefectura Naval Argentina, que se utiliza para la medición en el puerto de la capital santafesina, había tenido como marca más baja los 48 centímetros de mayo, con lo cual hay que remontarse años y hasta décadas para comparar la actual situación.

En esa línea, quedaron como mojones históricos los 20 centímetros de 1953, los 21 centímetros de 1955 y los 25 centímetros que se midieron en 1933.

De todas formas, según datos del Instituto Nacional del Agua (INA), la marca más baja en el puerto de Santa Fe en el siglo pasado fue durante la histórica bajante de 1944, cuando el 4 de noviembre se llegó a un registro negativo de 1,04 metros.

En tanto, en Entre Ríos, el Paraná también bajó a la altura de las ciudades de Diamante y La Paz, y se mantiene lejos de sus niveles normales frente a Victoria.

La bajante actual mantiene al río lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio en julio (3,10 metros) en Paraná, por otra parte ya superó las marcas de 1971 (0,50 metros), las de 2020 y 1970 (0 metros), y hay que remontarse a 1944 para registrar una situación peor que la actual.

Ese año el río marcó -1,40 metros frente a Paraná, al igual que en Diamante (-1,38), Victoria (-41) y en La Paz (-1,11).

El INA indicó que persiste una «perspectiva al 30 de septiembre netamente desfavorable, con probabilidad cierta de extenderse en los subsiguientes cuatro meses, por lo menos», es decir, hasta enero del 2021.

En Diamante, la altura del río bajó un centímetro hasta los 12, por debajo de los 2,40 metros del límite de aguas bajas y de los 2,91 metros promedio para esta época del año, y 1,30 metros menos que el 6 de junio pasado.

En La Paz, el río Paraná alcanzó los 28 centímetros, 1,48 metros menos que hace un mes, muy por debajo de los 3,20 metros de límite de aguas bajas y de los 4,08 que la Prefectura Naval Argentina (PNA) registró como promedio entre 1996 y 2020.

Allí, el INA espera que la altura «continúe disminuyendo gradualmente» hasta alcanzar los 22 centímetros a fines de julio, pero aseguró que «podría descender hasta el 0».

En tanto, en Victoria el río se mantiene estable con un metro de altura, lejos de los 2,60 metros que marcan las aguas bajas y de los 3,5 metros que tenía allí el río Paraná tan solo tres meses atrás, el 13 de abril.

Para ese puerto, se espera un promedio en el mes de julio de 0,95 metros, 2,86 por debajo del nivel mensual promedio desde 1996 y 1,14 metros inferior al promedio de julio 2020.

«Esto genera mucha preocupación, es una bajante histórica que impacta en el agua potable y esto es lo más urgente que hoy nos ocupa, además de lo ambiental», dijo el gobernador Gustavo Bordet, y precisó que está «en contacto permanente con todos los intendentes» de la vera del río.

Bordet afirmó que «claramente hay un cambio climático, fundamentalmente en las nacientes de los ríos con la deforestación, y con un cambio en los suelos y en los sistemas de cultivos que modifica las condiciones ambientales».

El secretario de Agricultura y Ganadería de Entre Ríos, Lucio Amavet, afirmó a Télam que la bajante «impactó fuertemente en acopiadores, fileteadores, transportistas y más de 3.000 familias de pescadores que viven de eso», registrando «el cupo de exportación más bajo de los últimos 15 años».

«Es un nivel nunca alcanzado, nosotros en Paraná no tenemos memoria de algo similar y más allá de los perjuicios económicos, es un dolor desde lo ambiental que va a demorar años en recuperarse», dijo a Télam el historiador, poeta y cantautor Roberto Romani.

En cuanto a las proyecciones, el INA anticipa una tendencia descendente del Paraná para los próximos tres meses, con un mes de julio «especialmente crítico, con afectación a todos los usos del recurso hídrico, exigiendo especialmente a la captación de agua fluvial para consumo urbano, para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales».

También alertó sobre problemas en «la navegación fluvial, fauna íctica, estabilidad de márgenes» y una «exposición a incendios en márgenes e islas».

Fuente: Télam.