Peñón del Águila cierra en Santa Fe y resiste en Paraná con un 20% de facturación

La franquicia de la cervecería aún no amortizó la inversión en Paraná y suma deudas. Apuestan a recuperarse en primavera-verano.

Peñón del Águila aterrizó en Paraná a fines del año pasado, con la premisa de “poner un bar de primera línea en la ciudad”. La temporada inicial tuvo un buen empuje, con el viento de cola santafesino que ayudó a conocerlo de antemano. Sin embargo, el coronavirus cortó las alas de una franquicia que proyectada un 2020 de pleno auge. Hoy en día se resiste en la tradicional esquina de Buenos Aires y Alameda de la Federación, con una cuenta en rojo que sigue creciendo, una facturación que apenas alcanza el 20% y la mente puesta recién a fin de año para recuperarse.

Lisandro Mullor, uno de los socios que invirtió en la marca y promovió la movida cervecera en la región, confirmó a DOS FLORINES la decisión de quedarse solamente con el local en la capital entrerriana, ante el golpe fuerte que significó la cuarentena que ya sobrepasó los dos meses. “Peñón del Águila en Santa Fe lo estamos cerrando porque está en un shopping que no abre y no tiene expectativas, por lo tanto no se va a reactivar en los próximos meses y no podemos hacer frente a semejante estructura. Y apostamos a seguir en Paraná porque se flexibilizó la ciudad por la baja circulación del virus”, aseguró.

El empresario reconoce que en este contexto de “nueva normalidad” que impuso la pandemia, será difícil volver a pensar en rentabilidad. Peor aún, sabe que en los próximos meses hay que pasar el invierno a pérdida, para seguir en pie, más aún luego de la importante inversión que decidieron realizar entre cinco socios. “Vamos a seguir acumulando deuda”, lamenta, y explica por qué en Paraná se resisten: “Tenemos una inversión muy grande; y hoy renunciar, cerrar y no abrirlo sería un despropósito”.

Deudas

La franquicia de Peñón del Águila abrió sus puertas a fines de octubre de 2019. Su puesta en marcha requirió de una millonaria inversión, que generó de inmediato 10 empleos registrados en la ciudad. No obstante, la amortización aún no se logró y en cuarentena se siguen acumulando pasivos. “A nosotros nos llenó de deudas laborales, impositivas y de servicios. No pudimos pagar absolutamente nada. Y nosotros habíamos abierto hace cuatro meses y teníamos que seguir recaudando para seguir pagando dinero que habíamos prestado”, expresó Mullor.

Sin dar números, acotó que “la inversión fue enorme” y requirió de fuentes de financiamiento por fuera del capital propio de los socios. No obstante, habrá que seguir esperando para saldarla. “El bar nuestro es de temporada de verano. El invierno va a ser muy limitado porque tenemos poco espacio interno; el frío nos va a jugar una mala pasada. Estamos apostando a seguir para intentar en temporada poder reactivar un poco más la reactivación”, anticipó.

Precisamente, Mulloer cree que recién levantarán las ventas en octubre, noviembre y diciembre. “Apostando a eso, tenemos buenas perspectivas. Pero en los meses de junio, julio, agosto y septiembre, no sé si vamos a estar siquiera cambiando la plata, sino nosotros poniendo encima para bancar los gastos”, lamentó.

Personal

Como a la mayoría de las micro, pequeñas y medianas empresas del país, el principal desafío de los empresarios ha sido durante este período de confinamiento la responsabilidad social de tener que pagar a sus trabajadores, a pesar de que los ingresos se cortaron. Al respecto, el socio de Peñón del Águila en Paraná lamentó que sufrieron el “parate en cero, que se tradujo en una falta de pagos de haberes de todo el personal en blanco” de 10 empleados

Ante esta situación, reconoció que se está pagando parcialmente, pero que se prioriza cualquier ingreso que surja para garantizar los salarios. “Nos falta completar el sueldo de abril. Tenemos pensado tratar de pagarlo esta semana. Y encima llega mayo, que el bar estuvo inactivo”, lamentó.

Al respecto, indicó que como empresa no calificaron para cobrar los ATP del Gobierno nacional. “Estábamos esperando los ATP, pero no tuvimos ayuda estatal. Y sin ayuda, fue todo a pulmón”, consideró, y agregó: “La mayor preocupación nuestra eran los empleados. Nuestra parte es riesgo empresarial. Pero tener 10 empleados en relación de dependencia y no trabajar, son familias que dependen de ese sueldo del bar”.

Reactivación

Desde hace una semana, los locales gastronómicos fueron habilitados por la Municipalidad de Paraná para reabrir, aunque deben trabajar al 50% de su capacidad y bajo estrictos protocolos sanitarios. De todos modos, estas nuevas disposiciones se sumaron a la lista de deudas. “Ameritó una nueva gran inversión en todo lo que es seguridad e higiene. Tuvimos que contratar un ingeniero en seguridad para realizar una presentación de planos en la Municipalidad. Fue necesaria para poder concretar la reapertura”, confió.

Al respecto, señaló que realizaron trabajos de planimetría, cartelería, insumos de seguridad para los empleados, capacitaciones, además de tener que adquirir insumos de limpieza y desinfección, algunos de los cuales, advirtió, aumentaron sus precios hasta un 200%. “Y lo vamos a seguir haciendo porque forma parte del protocolo”, acotó.

Consultado por cómo cierra la ecuación en estos días, Mullor indicó que apenas están trabajando al 20% de la facturación habitual. “Con eso vamos a poder cubrir exclusivamente haberes. No creo que podamos pagar alquiler. Quizá algún servicio necesario como luz y cable, pero no mucho más”, admitió.

De cara a este nuevo tiempo y una posible reactivación, cree que será importante el comportamiento de los clientes, cuyo público oscila entre los 19 y 20 años, hasta los 25 o 26. A pesar de ciertos prejuicios, valoró que “colaboran, entienden los requisitos y toman las distancias adecuadas. Es una gran conciencia. Por lo que vemos, han respondido bien y están bastante conscientes de la situación”, resaltó.

Fuente: Dos Florines | Nahuel Amore