Mumo Byro, DT de Echagüe: “La vida no es la misma sin el básquet”

Al sur de Buenos Aires se encuentra Monte Grande, ciudad que vio nacer a Mariano Eduardo “Mumo” Byro, un grande del básquet argentino que ahora dirige a los pibes del Atlético Echagüe Club. Dialogamos con el flamante DT.

— ¿Cuáles son tus primeros recuerdos con la naranja?

Vengo de una familia ligada al básquet, mis dos hermanos mayores y el más chico (somos cinco), juegan al básquet. Así que me crié precisamente con la pelota en la mano siguiendo los pasos de mis hermanos más grandes.

— ¿Y cuándo te diste cuenta que podías vivir como jugador profesional, cómo llegó esa decisión de dedicarte por completo al deporte?

Cuando decidí ir a Lanús a los 18 años, entrenaba tres veces y me volvía a Monte Grande en cole y de ahí marchaba para la facultad. Fue muy duro hasta que tomé la decisión de dedicarme 100% al deporte. A mi papá le costó, no estuvo de acuerdo al principio por sus principios de estudiar y trabajar y porque en ese momento yo no cobraba por jugar.

Pero bueno, siempre hubo gente que me apoyó como mis hermanos y mis viejos también; por más que no le gustaba la idea, me apoyaron bastante en ese sentido.

Cuando realmente me di cuenta que podía vivir del básquet fue cuando vine a jugar a este club. Fue una prueba de fuego porque me fui de mi casa, lejos de todo, a probar si realmente era lo mío y me fue bien. En Echagüe empecé a hacerme de un nombre. Y ahí comenzó a venir todo lo bueno.

— ¿Podes contarnos algunos recuerdos lindos de distintos momentos como jugador profesional?

Recuerdos buenos los tuve primero en Echagüe. Tenía 20 años y me tocó un grupo de casi todos chicos de mi edad. Solamente había uno más grande: la Vieja Pautasso que tenía 30 y pico. Oscar Heit tenía 27 y el resto éramos todos de 20, 22 años.

Tuvimos una temporada muy buena donde la cancha explotaba. Llegamos a semifinales y peleamos el ascenso.

Otro año que recuerdo con cariño fue mi paso por Sionista, también en Paraná. Fue el año donde yo pude asentarme en la Liga Nacional. Fue un año excelente en lo grupal y en lo personal; muy bueno ya que me llevó hasta la selección argentina.

También coseché y disfruté mucho los dos años de regreso en Lanús. Lindos recuerdos la verdad.

— Toda una vida en el básquet… ¿Qué significa este deporte en tu vida?

El deporte, el básquet sí para mí durante muchos años fue toda mi vida. Me dediqué pura y exclusivamente a eso: siempre enfocado en mejorar. Fue algo hermoso que todavía extraño. La vida ya no es la misma sin el básquet.

De hecho, una de las razones por la que empecé a dirigir fue por eso. Ya no lo puedo practicar más por diferentes lesiones que tengo y necesitaba volver a reencontrarme con algo que quería tanto y desde este lado pude.

— El transcurrir de los años ¿trajo cambios en tu forma de ver básquet o en la mentalidad deportiva en general?

Sí, a medida que van pasando los años uno va aprendiendo a ver la disciplina de otra forma y a priorizar otras cosas en la vida también. Al principio en mi vida era todo básquet y después bueno, ya empecé a formar mi familia. Con Emilia (que conocí cuando jugaba acá en el Echagüe), tuvimos nuestro hijo Felipe que ya tiene nueve años.

Y el deporte siguió siendo importante en mi vida pero empecé a repartir y canalizar mi energía en otros lados.

— ¿Cómo ves a la disciplina en general en la ciudad y la provincia?

Lo veo bien en la ciudad en general pero creo que hay mucho trabajo para hacer, sobre todo en formativas. Lo que advierto es que se sigue priorizando el resultado sobre la mejoría del jugador. Me parece que esa mentalidad acá en Paraná tiene que cambiar. Muchos clubes y entrenadores priorizan el resultado sobre la mejoría de los chicos. Y a largo plazo eso paga consecuencias, por eso por ahí se ven chicos en primera con falta de fundamentos individuales y colectivos.

Para mí es más importante y sobre todo en edades tempranas; desarrollar a los deportistas por sobre ganar un campeonato o un partido.

— ¿Tenes experiencias previas dirigiendo o apoyando desde ese lugar?

Hace dos años empecé a hacer los cursos para DT y el año pasado dirigí acá en Ciclista: U13, U15 y una Primera C. De todas ellas me quedó una experiencia hermosa. No sabía que me iba a gustar tanto. Me costó un poco adaptarme porque no es lo mismo que ser jugador; pero fue muy positivo.

— ¿Cómo fue la vinculación con Echagüe?

La vinculación fue así: me llamó una semana antes de arrancar pretemporada “Vivi“ (Viana Isaac, presidenta de la Subcomisión de Básquet Masculino del AEC) y tuvimos una reunión. Me plantearon objetivos del club y lo que querían de mí. No había mucho tiempo para pensarlo y realmente entendí que era una buena oportunidad para seguir incursionando en esto de ser técnico y no la quise desaprovechar.

Entiendo que arrancar un torneo dos tres semanas después que los rivales no es lo ideal. El equipo estaba un poco desarmado; pero lo veo como un desafío. Queremos armar algo lindo con trabajo y tiempo y confiamos que vamos a lograr algo bueno.

— ¿Con qué se van a encontrar los pibes del Negro bajo tu guía?

Los chicos, creo que ya se encontraron con alguien con muchas ganas de trabajar y transmitir toda su experiencia como jugador. Obviamente, entiendo que al ser mi primera vez en el equipo de primera y U 21 puedo tener mis errores como todos, pero con mucho trabajo y muchas ganas de hacer las cosas.

— Contanos objetivos para este 2024 y si tenes planes o sueños a largo plazo con el club.

Los objetivos por ahora son a muy corto plazo. El primero es conocer a los chicos y ellos a mí. También ir armando las bases para el resto del torneo.

Entendemos que empezamos muy sobre la fecha con respecto a otros clubes, así que preferimos hacer poquitas cosas pero bien hechas. Si nos hacemos fuerte en pequeñas cosas le podemos competir a varios.

Así que esta primer parte es muy importante para armar una forma de juego, conocer a los rivales y lograr la forma de trabajo de un equipo de primera.

Entusiasmo es lo que sobra en las canchas de 25 de Mayo al 555. Un año empezado pero con ilusiones nuevas y mucho por sumar desde la experiencia como jugador y aprendiendo juntos en esta faceta nueva para el Mumo Byro. ¡Todos los éxitos para los pibes del Negro!

Fuente: Prensa AEC.