Los carpinchos de Nordelta reinstalan la crisis de los humedales

Tras el desaire de los diputados de la Nación a la épica travesía náutica por la Ley de Humedales, la difusión mediática de las andanzas de grupos de carpinchos por las calles del exclusivo barrio de Nordelta logró colocar en agenda la amenaza que sufren estos ecosistemas.

Los hechos suscitados en el emprendimiento inmobiliario radicado sobre un humedal, y por lo cual la fauna fue desplazada, reavivó la discusión sobre la ausencia de mecanismos para la protección ambiental.

Entre tono catástrofe e hilarante, este miércoles se dio a conocer a través de diario La Nación lo que fue calificado por este medio como una ‘invasión’ de carpinchos en el coqueto complejo inmobiliario de Nordelta, tal como se denomina al barrio cerrado ubicado en el partido de Tigre, provincia de Buenos Aires. Fue el mismo día en que arribaba a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires una denodada caravana náutica que partió una semana atrás desde Rosario y llegó a través del río Paraná hasta a las puertas del Congreso de la Nación llevando el reclamo por el tratamiento del proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos para la Protección de Humedales. La manifestación impulsada por la Multisectorial por los Humedales de Rosario acercó un petitorio firmado por más de 400 organizaciones socioambientales de todo el país para exigir que la iniciativa sea debatida y no pierda estado parlamentario. La intrépida acción fue recibida con una agraviante apatía de una representación de los legisladores que llevan adelante la gestión de la propuesta parlamentaria, quienes manifestaron explícitamente que no se contaban con las voluntades necesarias y que tallaban fuertes intereses de sectores productivos para frenar la normativa que pretende dar protección a estos ecosistemas muy sensible, golpeados en el último tiempo por las quemas como en el caso del Delta del Paraná y a escala global por la profundización del cambio climático. La misma abulia de los diputados nacionales fue una réplica dada por los grandes medios, que registraron como un hecho menor la inmensa muestra coordinación del activismo socio ambiental.

Así las cosas, ese mismo día que concluía la travesía por la Ley de Humedales, el accionar de grupos de carpinchos por sectores urbanizados de Nordelta, reinstalaron inesperadamente la problemática por la intervención sobre lo sistema de humedales.

La noticia a través de los medios capitalinos apuntaba a perros heridos, jardines destrozados y hasta accidentes de tránsito por culpa de los carpinchos a los que se señalaba como ‘visitantes’ indeseados de los vecinos de un controvertido complejo inmobiliario que fue levantando con terraplenes sobre las áreas bajas y alterando el hábitat de aves y especies autóctonas entre las que se encontraban los carpinchos. Las quejas de los adinerados propietarios de las viviendas en Nordelta generaron cruces entre los mismos habitantes del lugar, así como estallaron discusiones por la problemática ecológica, la destrucción del humedal que allí se encontraba y la posible reubicación de los animales en su hábitat natural costeadas por los vecinos como posible solución. La polémica derivó a tal punto que la Embajada del Japón en la Argentina tomó partido manifestando “En Japón amamos a los carpinchos!”, siendo que “Estos hermosos roedores que están siendo tendencia son muy queridos en todas las regiones y hasta tienen su propio anime”. La representación diplomática justamente aludía así un pulso que comenzaba a crecer en las redes sociales, con los carpinchos como protagonistas y Nordelta como escenario.

Excluidos

Tanto se agitaron las aguas mediática que desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación se emitieron declaraciones oficiales donde se aseguraba que el avance de la urbanización sobre los humedales, como ocurre en el municipio bonaerense de Tigre, afecta a la fauna nativa de manera directa y que, como consecuencia de esa situación, especies como el carpincho «han quedado excluidos de su ecosistema», aseguraron.

Efectivamente, en la cuenta oficial de Twitter del Ministerio de Ambiente, ante las denuncias de vecinos de Tigre sobre supuestos ataques de los carpinchos a perros y residencias, señaló: «Los carpinchos son animales que viven en zonas de humedales, son herbívoros y no representan ningún peligro para las personas u otras especies en tanto no son predadores», se indicó a través de una serie de mensajes que publicó la dependencia ministerial.

Desde Ambiente explicaron que «es fundamental comprender que el cuidado de la fauna es responsabilidad de todos y de todas, y que el avance sobre los ecosistemas tiene consecuencias sobre la biodiversidad y el ambiente».

También informaron que ante la presencia de un carpincho no se recomienda acercarse, no hay que lastimarlos y se debe contactar a la autoridad de fauna silvestre o zoonosis de la jurisdicción.

En los círculos de debate ambiental no se podía dar crédito que los carpinchos pudieran haber logrado la atención oficial en contraste con lo estéril que habían sido todas la gestiones, alertas y hasta presentaciones judiciales alertando sobre la vulnerabilidad de los humedales. El dilema pasó entonces por analizar si esta no sería una nueva oportunidad para insistir por el reclamo de una necesaria Ley de Humedales en Argentina.

S.M.

Fuente: ERA Verde.