Lanzan campañas para evitar la matanza de patos

Luego que trascendiera el repudio por parte de la ONG Ceydas a la habilitación de la caza de especies autóctonas en Entre Ríos, distintas organizaciones sociales y ambientales de la provincia e incluso de Santa Fe, sumaron críticas a la medida dictada por la Dirección de Recursos Naturales de Entre Ríos.

Piden rever la decisión a la luz que no cuenta con un estudio del estado poblacional de los animales que se permite abatir. Incluso en las redes se vieron expresiones de cazadores con experiencia a favor de un freno.

Es “una decisión a contramano de lo que ocurre en el resto del mundo, La Dirección de Recursos Naturales de Entre Ríos habilitó la temporada que permite la caza de cinco especies de aves autóctonas”, dice la descripción de la petición que se presentó este jueves en la plataforma Change.org, para evitar que continúe en vigencia la resolución Nº 1.099 de la Dirección de Recursos Naturales provincial, en donde se afirma “la necesidad de habilitar la Temporada de Caza Deportiva Menor para el año 2022”. A partir de esta medida administrativa que rige hasta el 15 de agosto, se recordará, se permite realizar la caza liebres, perdices y patos de tipo Picazo, Sirirí Pampa, Sirirí Colorado y Capuhino.

El petitorio se lanzó luego que trascendiera la noticia y generar un amplio repudio. La primera en pronunciarse públicamente al respecto fue el Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres (Ceydas), quien no dudó en calificar como “insólito” que se permita “la caza de animales autóctonos”. Y en diálogo con ERA Verde apuntaron a que se dieran a conocer, al menos públicamente, algún tipo de estudio sobre el perfil de las poblaciones de especies permitidas para ultimar y justamente la proyección de la presión cinegética.

Justamente por estos argumentos, se lanzó el pedido que exige «su inmediata derogación y la prohibición de estas prácticas en todo el territorio provincial».

Desde otros sectores a favor de la caza como práctica también reclamaron por una restricción. “La habilitación de la caza menor en esta temporada es otra demostración de la falta de criterio, idoneidad y preparación de sus responsables”, se apuntó con duros términos en redes sociales. “Este año casi todas las especies permitidas están peleando su subsistencia por la sequía y los incendios de la provincia. Pero sin hacer relevamientos de especies, sin hacer trabajos de campo, muestreos y transectas, se habilitó sin más, y como hay zonas donde algunas empresas de turismo aventura traen extranjeros que pagan en dólares, así que alguien debe habilitar”, sostuvo por caso desde una firma local de turismo aventura, conservación y caza..

CARTA

Por otro lado se conoció una carta pública de la Coordinadora Aves en Problemas Santa Fe. Con la firma de Yamila Alejandra Giamal se pide “por favor” sumarse “al reclamo para tratar de revertir esta situación”.

La misiva está dirigida al director de Recursos Naturales, Mariano Faral, donde se expresa frente a la “lamentable decisión tomada”. En este sentido apunta: “Debe usted saber que una de las principales consecuencias de la caza es la extinción de numerosas especies de animales, lo cual trae consigo importantes y gravísimos cambios en el ecosistema. Sin ir más lejos, esta desaparición de fauna salvaje altera de forma considerable la calidad del agua, dando lugar a la aparición de bacterias perjudiciales para la salud. Es más, aumenta la manifestación de distintas plagas y enfermedades zoonóticas transmisibles entre animales y humanos que terminan suponiendo un gran riesgo para la salud. La caza también acaba siendo responsable en gran medida de la proliferación de siniestros como los incendios”.

La manifestación aporta estadísticas: “Según estimaciones ha desaparecido alrededor de un 58% la población de aves y hasta un 83% la de mamíferos pequeños. Al cambiar el ecosistema se altera de forma considerable la cadena alimentaria, no solo la de los propios animales sino también la del ser humano. Aquellas comunidades que se alimenten de un ecosistema en concreto verán como la variedad de comida escasea debido al diezmo de fauna, poniendo en peligro el ecosistema entero. La caza no solo influye en los animales que mueren sino en las presas, depredadores y plantas que conforman el entorno dando lugar a una mala calidad del suelo y a la escasez de nutrientes, entre otras graves consecuencias”.

Y pide finalmente “pueda reconsiderarse esta situación y cesar inmediatamente la actividad para evitar desastres mayores“.

Fuente: ERA Verde.