El gaucho que cambio de lugar

Inaugurado en 1950, y construido en bronce por el escultor Conrado Noli, el Monumento al Gaucho supo ocupar el centro de la confluencia de calles denominada «5 Esquinas» hasta que, a fines de los años 60, fue trasladado a su actual lugar frente al edificio anexo de la Municipalidad de Parana.

Por esa época, la actual Avda. Ramirez era un Bulevar y se llama Alsina. El ancho cantero que existía en la separación de los carriles permitía que en el centro de las «5 esquinas» pudiera existir una plazoleta de aproximadamente  4 metros de diámetro suficientes como para contener tan hermoso monumento.
Con la construcción del Túnel Subluvial «Hernandarias» se decidió convertir al bulevar Alsina en una avenida, la avda. Ramirez. Se redujo el cantero del centro a solo algunos centímetros y la plazoleta de las «5 esquinas» tuvo que ser reducida y demolida. Fue por eso que entre los años 1968 y 1970 se traslado el monumento a la actual ubicación frente al Hotel Supremo, hoy edificio anexo de la Municipalidad de Parana.
Entre los testimonios de la gente Gabriela Levrand y Patricia Levrand cuentan que su abuelo Luis Guzman Levrand presto su caballo percherón como modelo y Magdalena Desio nos dice que la idea de colocarlo en el centro fue de su padre, el ingeniero Oscar Desio y que ademas se puso en esa ubicación como si estuviera entrando a la ciudad. Ademas posee una replica en miniatura donada por el mismo autor.
Existe otra foto un poco mas nueva donde puede verse, aun, el monumento en el centro de las 5 Esquinas y donde detrás de el puede verse el cantero central del, por entonces, bulevar Alsina.
Al respecto la arquitecta Laura Vasquez nos dice: «Se alcanzan a apreciar las viejas columnas de luz, del entonces bvar. Alsina. Una maravilla, desde el Cristo hasta el río. Uno de los paseo con mi padre era ir hasta el «lugar más alto de Paraná», de noche y contemplar «el collar de perlas». Llamaba la atención lo seguido que estaban, no mas de 15 metros de distancia entre ellas. Las plazoletas centrales eran anchas y muy cuidada su jardinería. Las veredas con árboles, como se ve en la foto. El progreso, priorizando al «señor automóvil» barrió con las plazoletas centrales, las bellas columnas de luz, y los árboles, adquiriendo ese aspecto desolado, que a más de 50 años aún no ha logrado revertirse. Según mi cuenta deben haber sido mas de 200 columnas de luz.. Donde habrán ido a parar? Muchos espacios públicos se podrían haber engalanado con ellas … «
Historia de la ciudad que, gracias a su propia gente, no se pierde…
Autor: Nestor Rios