Contenedores habitables, la alternativa constructiva que desembarcó en Paraná y se proyecta al país

Bajo el concepto de economía verde, Med Container se instaló en la ciudad y comercializa viviendas y oficinas a un 20% del costo tradicional.

En plena pandemia por el coronavirus, que reforzó la necesidad de avanzar hacia una economía más sustentable con el medio ambiente, se radicó en Paraná la empresa Med Container, que fabrica y vende viviendas y oficinas hechas con contenedores marítimos reciclados. De este modo, lo que hasta hace poco era una tendencia incipiente, se planta en la ciudad y busca consolidarse como una opción accesible y práctica para vivir o trabajar, acorde a las nuevas demandas y exigencias de la sociedad.

La fábrica está ubicada en avenida Zanni al 2.650, hasta donde llegan los contenedores desde el puerto de Buenos Aires que luego se acondicionan. Agustín Luti, socio de la empresa de capitales cordobeses –la misma que invirtió en el Complejo La Masía en el exhipódromo–, destacó que actualmente producen tres tipos de alternativas: viviendas familiares, oficinas y viviendas agro, que salen a competir en el mercado nacional por sus ventajas económicas, de alta tecnología, adaptación y rapidez.

“Son totalmente verdes, en el sentido ambientales; son ecológicos, para toda la vida y transportables. Si un día querés irte, lo levantás y lo llevás a otro lado. Además, a diferencia de una prefabricada que dura 30 años, esto dura para toda la vida. Sale listo de fábrica para instalar donde solicite el cliente. En 40 o 45 días lo tiene en su terreno”, sintetizó el joven, el menor de los hijos de Emilio Luti, de la consultora Medcoar, que junto a sus hermanos asumen un rol más activo en la gerencia de los unidades de negocios.

Asimismo, resaltó que el nuevo sistema constructivo cuenta con el visto bueno de las actuales autoridades municipales, a quienes entregaron un estudio de impacto. “Hicimos el trabajo previo cuando instalamos el Complejo Deportivo, para hacer las habilitaciones necesarias, así que fuimos los primeros en regularizar la construcción de contenedores en la ciudad, lo cual es algo que nos avala”, puntualizó, y adelantó que hay interés por parte del Gobierno en posibles inversiones futuras.

Producción

Los contenedores marítimos revolucionaron el comercio mundial en la década del 1950, de la mano del exitoso empresario estadounidense Malcom McLean, quien estaba convencido de que podía mejorar el transporte de carga. Fue así que compró dos barcos de guerra de la Segunda Guerra Mundial que mandó a modificar para poder transportar remolques, y recién el 26 de abril de 1956 hizo el primer viaje al unir las ciudades de Nueva Jersey y Houston. Desde entonces, el sistema se fue perfeccionando y sirvió como puntapié para hacer más eficiente un tema clave de logística.

De todos modos, la nueva problemática que devino de este sistema fue el descarte de los contenedores, en su mayoría de acero, debido a que la vida útil puede alcanzar un máximo de 14 años para el tipo de mercaderías que traslada. Entonces, fue con el comienzo del siglo XXI que se expandió desde Holanda y hacia el mundo la nueva tendencia de su reutilización, fundamentalmente como alternativa de producción de viviendas, las mismas que hoy en Paraná se acondicionan.

¿Cómo es el modo de producción en la capital de Entre Ríos?, consultó DOS FLORINES a Luti, quien detalló el proceso. “Nosotros tenemos personal en el puerto que selecciona unidades que estén en buen estado. Estas unidades pueden tener algún bollo, que no le hacen nada, pero buscamos sobre todo que tengan estructura en buen estado. Cuando tenemos demanda, salen del mismo puerto de Buenos Aires, con un previo trabajo de desinfección y puesta a punto”, indicó.

Una vez en fábrica, una arquitecta confecciona un plano, según las especificaciones del cliente, y se avanza en la estructura. “Se le hace la capa de aislamiento, se le hacen las aberturas con premarco, dejan aberturas e instalaciones hechas para instalaciones de agua y luz, se hacen los divisorios, trabajo de pintura interior y exterior con el color según elija el cliente”, explicó.

Uno de los trabajos más importantes es el de la herrería, por lo cual se emplean a tres personas, además de las instalaciones generales, que requieren de otros seis obreros. En tanto, la producción de aberturas se terceriza por ser un trabajo muy específico. “Intentamos hacer la mejor calidad posible en cada aspecto. En 40 o 45 días está listo para entregar y el cliente tiene que dar el visto bueno cuando le llega la unidad. Después se baja y se abona el saldo restante”, precisó.


Alternativas

Los productos buscan competir en el mercado con diferentes impactos positivos, entre los cuales sobresale el económico, más aún en tiempos de profunda crisis y desaliento de las inversiones financieras. Por ello, del abanico de alternativas que ofrece la empresa, entre el 70 y 80% de las consultas apuntan a la necesidad de vivienda -una problemática actual en todo el país-, que posibilita de forma rápida y a un menor costo un espacio para vivir.

“Las viviendas estándar valen alrededor de 1.300.000 pesos, la unidad terminada, puesta en el terreno del cliente. Hoy en día para construir necesitás más de 4 millones de pesos y hoy esto sale el 20%”, aseguró, y agregó que en cada caso particular analizan la posibilidad de financiamiento, de modo tal de que las oportunidades sean tangibles.

A la hora de analizar los aspectos que inciden en los costos, señaló que el “factor húmedo” es el que obliga a realizar una mayor inversión. “Las viviendas vienen con baños, duchas y cocina, lo cual hay que hacer un trabajo diferente a la unidad, por lo cual afecta un poco el costo”, sostuvo.

Por ello, en comparación, el módulo de oficina es más accesible y despierta el interés, por ejemplo, de inmobiliarias que emprenden un loteo y necesitan contar con un espacio para asesoramiento de los clientes. En tanto, el formato agro trae consigo la posibilidad de incorporar paneles solares, lo cual al ser autosustentable también exige de una inversión mayor al inicio.


Viviendas

Los contenedores habitables llevan un trabajo de aislamiento térmico para frío y calor y brindan las mismas comodidades que un departamento de 30 metros cuadrados, con cocina, baño, un dormitorio y estar. “Por dentro tiene terminaciones como si fuese una vivienda nueva. Tiene separaciones de durlock, con griferías, inodoro, con mueble bajo mesada, aberturas de aluminio; viene listo llave en mano”, subrayó.

Para la producción de los módulos, la empresa adapta tres tipos de containers. “Viene uno de seis metros, que se usa para depósitos, pero sobre todo se trabaja con otros de 12 metros de largo y 2,45 de ancho, con variantes de altura de 2,90 metros o 2,60. El de 2,60 metros es el que más se vende, por comodidad y precio. No es más funcional tener más altura”, detalló Luti.

A partir de estas dimensiones, el sistema se adapta de acuerdo al requerimiento del inversor y funciona como un Lego, el conocido juego de encastre. “Para vivienda, viene con un dormitorio. Después, se puede hacer de dos habitaciones con el resto de los espacios más acotados. Lo bueno es que el cliente lo diseña a su medida”, aseguró, y a modo de ejemplo destacó que se pueden combinar tres o cuatro containers, lo cual posibilita una casa de dos plantas.

Según explicó, el sistema es movible debido a que se apoya sobre seis pilotes de 15×15 centímetros y un metro de profundidad. “No necesita platea. Se apoya ahí cuando llega el flete”, acotó, y mencionó que también prevé una futura remodelación. “Se hace muy bien la adaptación. Se desarma el contenedor y se combina con otro en caso de que en algún momento quieran ampliar, ajustar o construir para arriba. Sigue siendo simple”, indicó.

Conceptos

La oferta de Med Container se sustenta sobre el concepto de economía verde, un modelo productivo integral e inclusivo que en los últimos años se expandió por el mundo debido a que apuesta por mejorar el bienestar humano a través de soluciones sustentables, con un menor impacto en el medio ambiente. De allí que la empresa recicla los contenedores utilizados para comercio exterior y los reutiliza como alternativa de habitabilidad, sin dejar de lado la calidad y el confort.

“El futuro de la construcción viene por acá, porque ya casi nadie asume el costo de realizar una vivienda con habitaciones. Es algo innovador. Como grupo seguimos pensando y generando situaciones que vayan de la mano de lo que necesita el cliente e innovando en cuanto a lo sustentable, que es un punto interesante”, destacó Luti.

La firma comenzó a funcionar en junio en Paraná, con un alcance en toda la Argentina y ya se proyecta con buenas expectativas. “Creemos que el límite va a ser alto, elevado, porque ya mismo desde que iniciamos hasta el día de hoy el crecimiento ha sido exponencial”, resaltó, y añadió: “La gente está empezando a abrir la cabeza en cuanto a esto y las nuevas formas constructivas, ante la falta de capacidad económica para enfrentar la construcción de una casa de material”.

En esta línea, ante un contexto sumamente complejo, la vara se pone alta. “Tenemos muchas expectativas porque más allá de brindar una solución y acompañar en una situación crítica de la economía, es muy funcional y es algo que el cliente el día de mañana no va a tener problemas, como humedades y otros temas de una vivienda”, reflexiona el joven, que entiende como toda su generación que hoy por hoy las prioridades de las familias apuntan a ocupar el tiempo en nuevas y mejores experiencias.

Fuente Dos Florines / Nahuel Amore