Arquitectos entrerrianos fueron mención especial en un concurso Internacional
Los arquitectos Juliana Damonte y Gerónimo Bolzán obtuvieron en julio pasado una mención en un concurso de gran escala: el Concurso Internacional de Anteproyectos Globant Iconic Building, para una compañía argentina que ofrece servicios de tecnología y Software en todo el mundo.
El concurso, organizado por la Sociedad Central de Arquitectos buscó propuestas para el nuevo edificio de oficinas de una nueva sede de Globant en Tandil Provincia de Buenos Aires, en el marco de una serie de inversiones de la empresa en el país. De la convocatoria participaron 104 estudios de arquitectura tanto de la Argentina como de diferentes partes del mundo, y los arquitectos entrerrianos se abrieron paso entre las propuestas.
Juliana (29) y Gerónimo (30), son arquitectos recibidos de la Universidad Nacional de Rosario. En conversación con ESPACIOS cuentan que, una vez recibidos, en 2012, quisieron continuar sus estudios de posgrado en el exterior. Así fue como Gerónimo obtuvo una beca para realizar el Master en Diseño Arquitectónico de la E.T.S.A.U.N. (Escuela Técnica Superior Arquitectura de la Universidad de Navarra) y en Julio de 2013 ambos partieron a Pamplona. “Luego del primer semestre allí, comenzamos a trabajar como arquitectos en la oficina del Arquitecto Navarro Francisco Mangado Beloqui, donde estuvimos desde 2013 hasta principios de este año como coordinadores de proyecto en concursos internacionales de Europa, Asia y Medio Oriente. Después de una estancia de casi tres años en el exterior, en febrero de 2016 nos surgieron una serie de trabajos particulares en Argentina y decidimos hacer un impasse para dedicar tiempo a nuestro trabajo propio, por lo que, desde ese entonces, nos encontramos en la ciudad de Paraná, trabajando en algunas obras y concursos Nacionales e Internacionales” relataron.
El caso particular de Tandil suponía integrar un edificio de oficinas en altura dentro de un entorno prácticamente residencial, por eso decíamos que se planteaba un problema tipológico de integración urbana, un fenómeno recurrente que se puede ver en casi todas las ciudades de nuestro país, los edificios residenciales generan un tejido denso de escala más o menos doméstica, una amalgama de espacio construido articulado mediante patios, típico en las ciudades latinoamericanas en damero que se remontan al ordo hipodámico que heredamos a través de las leyes de indias, y que a lo largo de la historia ha preservado más o menos la escala hasta la llegada de la modernidad y con ello la densificación de las ciudades. La densificación supone la adaptación de esta estructura urbana que fue pensada para otra escala, por lo que hoy es común ver convivir en nuestras “manzanas” un edificio de planta baja con uno de diez pisos compartiendo medianeras, y encontrarnos a veces más “unidos” de lo que quisiéramos con nuestros vecinos.
—¿En qué se basó la propuesta?